sábado, 3 de septiembre de 2011

La Cueca

En Chile no existía un baile oficial que nos representara, pero el 18 de Septiembre de 1979, según Decreto No 23 se determinó que la Cueca sea la Danza Nacional de Chile.
Bailamos la Cueca, aproximadamente desde 1824. En los salones de música (casa de canto) se ejecutaba con arpas y guitarras, y en el campo se armaban tabladillos especiales para los bailarines, acompañados de guitarras y canto.
Algunos folcloristas dan una explicación de tipo zoomórfico al origen y al nombre de la danza, derivándolo de "clueca", creyendo ver en nuestro baile una imitación del cortejo entre un gallo y una gallina. El baile de hombre sería equivalente a la rueda y al entusiasmo que pone el bípedo alado en su lucha amorosa y explicaría, además, el aire defensivo de la gallina, que se ve en la dama.

Las Volitas.

El juego de las bolitas apareció en Chile en el siglo pasado, prácticamente igual a como se practica hoy a lo largo de todo Chile: hacer chocar entre sí dos o más bolitas, derivándose de ello amplias variaciones.

Uno de los más popularizados es la "hachita y cuarta". Consiste en que el que va a iniciar el juego, saca del hoyo su bolita y la lanza a "chitar" a la de su compañero. Si lo logra, marca con la mano una medida llamada "cuarta" (del pulgar al meñique con la mano extendida) y lanza su bolita al hoyo. Si acierta a introducirla gana.

También está el juego de la troya. Para jugar a la troya se dibuja un círculo sobre la tierra dentro del cual los participantes colocan cierta cantidad de bolitas por igual. A continuación todos lanzan sus bolitas por turno hacia el círculo, buscando sacar de allí el máximo de bolitas juntas con la bolita que lanzó. Si su bolita queda dentro del círculo, significa que “se ahogó” y debe abandonar el juego. Todos siguen jugando cada cual a su turno, hasta que no queden bolitas dentro del círculo.

El Volantín.

Investigaciones recientes aseguran que el volantín tiene su origen en el territorio que actualmente comprende a Indonesia. Sin embargo, en el año 200 antes de Cristo el volantín a alcanzó una gran difusión gracias a un general chino de nombre Han Siny. En esa época el retazo de papel volador se convirtió en un objeto tan popular en oriente, que el calendario chino le dedicó el noveno mes del año.

En Europa, la cometa ya era conocida en el siglo XVII y su aparición en Chile data de mediados del siglo XVIII. Su llegada conquistó a tantos seguidores, que se convirtió en la protagonista de muchas fiestas, juegos, competencias, reuniones y jaranas.

Pero su presencia también causó disturbios y peleas. De hecho, en 1795 se dictó una orden que condenaba a seis días de prisión a todo "malvado" que causara daños como consecuencia de la encumbrada de un volantín. Esta medida se tuvo que adoptar porque fueron demasiados los peatones que sufrieron el golpe de una teja por culpa de las piruetas de un volantín.

Pese a esto, la presencia del volantín se hizo indispensable en la celebración de las Fiestas Patrias y en las famosas competencias de corridas de volantines. Estas últimas consisten en la lucha de dos o más figuras de papel en el cielo, que buscan eliminarse unas a otras por medio del roce violento del hilo curado. Esta "arma" es consecuencia de la mezcla de vidrio molido con pegatina en el hilo que encumbra al volantín y que es capaz de cortar los hilos enemigos.

Con los años, se prohibió el uso del hilo curado y los volantines se dedicaron a cubrir los cielos con fines lúdicos y
no competitivos, estando en manos principalmente de los niños
.

El Trompo.

Tradicionalmente los trompos eran hechos por artesanos y construidos con madera de espino. Hoy la elaboración se ha industrializado y las maderas son más bien blandas, incapaces de durar en el "quiño", prueba que cosiste en "herir" al trompo perdedor con la púa.

Algunas variaciones del juego son la prueba del círculo dibujado en el suelo. Uno de los participantes tiene que "tirarse" primero y quedar girando dentro del círculo
.



Trompo chileno

El palo ensebado.


Este juego consiste en un palo o vara de 20 centímetros de diámetro y de 5 a 6 metros de alto que se encuentra enterrado en tierra. El palo untado en grasa deberá ser trepado para alcanzar el premio que está en la cima.
El objetivo es subir, resbalando una y otra vez hasta que uno de los competidores logra atrapar el premio que puede consistir en billetes, gallinas, botellas de vino, o simplemente una hermosa bandera chilena.
Por lo general los primeros concursantes no tienen éxito porque el palo esta muy ensebado. Los últimos ganan después que el sebo o jabón se ha ido con los anteriores.

Niño subiendo el palo ensebado